El presidente Javier Milei aseguró que Argentina ya cumplió con la meta de acumulación de reservas acordada con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Por esa razón minimizó cualquier preocupación al respecto. Sin embargo, analistas del mercado expresaron escepticismo, al sugerir que incluso incorporando los fondos obtenidos mediante un nuevo REPO con bancos y la colocación del Bonte 2030, el país podría no alcanzar el objetivo.

En una entrevista con Neura, Milei reiteró que la inflación "será un problema del pasado" y argumentó que la acumulación de reservas es irrelevante bajo un régimen de tipo de cambio flexible. Detalló que a los U$S1.000 millones obtenidos con el Bonte 2030 se sumarán entre U$S2.000 y U$S3.000 millones de un REPO bancario, así como los desembolsos del FMI, estimados entre U$S2.000 y U$S4.000 millones. "Cuando tenés tipo de cambio flexible, no necesitás acumular reservas", insistió el mandatario.

Las contradicciones y los desafíos en el horizonte

La visión optimista del Presidente contrasta con informes privados que proyectan un déficit de hasta U$S4.000 millones respecto a la meta de reservas. Esta diferencia se atribuye, en parte, a los compromisos en moneda extranjera que Argentina debe afrontar en julio, estimados en U$S4.300 millones. Si bien el gobierno planea cubrir estos compromisos con financiamiento externo, la sostenibilidad de esta estrategia genera incertidumbre.

Si bien el equipo económico asegura que la estrategia de financiamiento está encaminada, el mercado permanece escéptico sobre la capacidad del BCRA para acumular reservas de manera sostenible. La eventual flexibilización del control de cambios y el incremento en la demanda de divisas para turismo, comercio y dolarización de carteras, particularmente en los meses previos a las elecciones legislativas, podrían ejercer presión adicional sobre las reservas.

Durante mayo, las reservas brutas del BCRA cayeron U$S2.106 millones, y llegaron a U$S36.854 millones, su nivel más bajo desde la recepción de fondos de organismos internacionales a mediados de abril. Esta caída subrayó los desafíos que enfrenta el gobierno para mantener la acumulación de reservas, a pesar de los esfuerzos por obtener financiamiento externo. La meta de reservas, originalmente prevista para el 13 de junio, será evaluada en julio, lo que añade presión sobre el gobierno para demostrar su capacidad de cumplimiento.